Miguel Ángel Valdivia Morilla es fotógrafo en Osuna,
localidad perteneciente a Sevilla. Ha realizado diferentes exposiciones entre
las que destacamos dos en el museo de este mismo lugar, una de ellas de
fotografía artística de boda y la segunda relacionada con la fotografía taurina.
Además de ello, resaltamos su colaboración en un libro artesanal de artistas,
en el cual diferentes fotógrafos plasmaron sus concepciones en cuanto al pan mediante
fotografías. Este libro ha circulado por varios museos de América y Europa y
concretamente en España en la provincia de Sevilla.
Según su experiencia, lo primero que debe hacer un fotógrafo
antes de que un cliente se ponga en contacto con él, ya sea para reportajes de
boda, pre boda o post boda es buscar localizaciones. Se deben visitar, apuntar
y hacer fotos. Miguel Ángel además tiende a llevar a otra persona allá donde vaya para colaborar en la toma de instantáneas.
Mientras más localizaciones se visiten, más variedad.
En el instante en que se cierra un proyecto con una persona,
este fotógrafo responde de inmediato y se reúne con el interesado en su trabajo
para tomar un café o un refresco durante aproximadamente una hora y, de esta forma,
poder romper el hielo. Si esto no sucediera así, la persona podría sentirse
intimidada.
Posteriormente propone al cliente la elección de una
localización para su reportaje, pero como norma general no tienen criterio y lo
dejan a su elección por falta de conocimiento, así que el profesional, teniendo
ya estudiadas las localizaciones, le aconseja en su elección normalmente
naturaleza o ciudad y se desplazan ambos al lugar seleccionado.
Cuando llega el momento de la sesión suele suceder que, si
la persona interesada no es profesional, no sabe posar. En caso contrario a
esto no habría que aconsejarle en sus poses. Debido a esto se intentan
solicitar las menos poses posibles y que éstas sean sencillas por ejemplo contemplando
un escaparate de alguna tienda u observando prendas en el interior de ésta. Así
se realizan las fotos más informales, ya que del caso contrario los poses
forzados dotarían de cierta tensión a las fotografías.
Por último, es relevante destacar la importancia de las
diferentes horas del día ya que dependiendo de lo que se busca, el fotógrafo
realizará las fotografías a en diferentes tramos horarios. En temporada estival
resulta muy complicado trabajar en el tramo de 12 a 15 horas debido a que el
sol se encuentra alto y produce sombras muy acusadas. Al atardecer, el sol
empieza a caer y el trabajo realizado tendrá mayor éxito, debido a la obtención
de tonos más bellos, anaranjados y color pastel.
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